D. Mariano Rajoy es el candidato del Partido Popular a la Presidencia del Gobierno. Fue designado para tales menesteres por una de las más antiguas formas de elección de representantes: la “dedocracia”. Esto nos demuestra el nivel de confianza que José María Aznar tenía depositada en él o, por el contrario, la desconfianza que tenía en el resto de candidatos.
Tras las elecciones del 14 de marzo de 2004, pasó a ser la cabeza visible de la oposición, dando tortas a diestro y siniestro, y atacando al “desgobierno” de España una y otra vez. Si he de ser sincero me resultaba bastante estimulante verle una y otra vez mordiendo la yugular de Zapatero. Además tuvo la suficiente inteligencia de mantener a algunos miembros del anterior gobierno, con lo que en España pareció que teníamos una oposición de verdad, coherente y responsable.
Pero amigo, en el 2008 Rajoy volvió a perder las elecciones, y tomó la decisión de esconderse. Desde ese momento la oposición en España desapareció. Pero, ¿por qué? A mi juicio toda esta situación se debe a cálculos electorales. El PP ha dejado hundirse la economía española haciendo lo justo, sabiendo que en el PSOE no hay más que paletos e inútiles incapaces de afrontar una crisis económica (los resultados saltan a la vista). En el resto de temas candentes, como el aborto o la negociación encubierta con los terroristas, ha preferido no hacer ruido, para evitar que se le dijera que pertenece a la extrema derecha.
En mi opinión esto es un error, ya que podemos ver de nuevo a Zapatero y Rubalcaba con todo el descaro del mundo negociando de nuevo con ETA, que han aprobado la ley del aborto y la ley de la muerte digna prácticamente sin oposición, que las víctimas del terrorismo han sido completamente desatendidas, despilfarramos dinero en la patética Alianza de las Civilizaciones (uno de los integrantes es Gadafi), etc. Y mientras, ¿qué hace la oposición? Se centra en la crisis económica y en el caso Faisán, valores seguros con los que obtener rédito electoral.
Si yo fuese usted señor Rajoy, estaría manifestándome día sí y día también junto con las víctimas del terrorismo, denunciando las excarcelaciones de presos etarras, repartiendo tortas en el Congreso de los Diputados a pares, ridiculizando las políticas supuestamente sociales de Zapatero (las mismas que han traído 5 millones de parados), condenando el endeudamiento creciente de España y, en resumen, haciendo una oposición responsable. Que, por otro lado, es para lo que le pagamos el sueldo. Así que, por favor señor Rajoy, vuelva a trabajar y haga lo que debe hacer.
Pedro
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