jueves, 7 de julio de 2011

La historia de Miguel


Las primeras luces del alba iluminaron la cara de Miguel. El paisaje que se extendía ante sus ojos era indescriptible, todo un placer para los sentidos; el sonido de las olas lamiendo el casco de la galera, la brisa matinal llenando sus pulmones. Disfrutando de esos momentos sintió un escalofrío que recorrió toda su espalda, recordando su amarga realidad: aún tenía fiebre y el malestar general que llevaba días cebándose con él no había remitido.
Sus compañeros de armas le habían insistido que permaneciese bajo cubierta durante el combate que se avecinaba. Pero él no sabía qué hacer. ¿Debía pensar en su salud o combatir al servicio de Dios? Al final lo decidió, había sido enviado allí para luchar, así que no iba a permanecer a cubierto. Más valía morir por Dios y el Rey que vivir con salud.
Se encontraba inmerso en sus pensamientos, cuando se escucharon las primeras voces de alarma. En el horizonte se divisaban las galeras otomanas. El día había llegado. Ese 7 de octubre quedaría grabado a fuego en la historia. El capitán del navío apareció en cubierta vociferando órdenes a los soldados. Miguel junto con otros soldados fue ubicado en el esquife. Ya no había marcha atrás. La armada de Don Juan iba a incorporarse en la formación, y con ella la galera Marquesa con Miguel a bordo. Poco se sabía en aquel momento del desarrollo del combate, pero todos los hombres que allí estaban creían que iban de la mano de Dios.
Al final de la contienda naval, Miguel estaba herido en el pecho y las manos por disparos de arcabuz y, por sus hazañas en combate, fue premiado con cuatro ducados más de paga por el propio Don Juan.
Tras aquella batalla, "la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros", nadie sabía que Miguel se convertiría en el llamado manco de Lepanto, pero sobre todo, nadie sabía que Miguel de Cervantes Saavedra se convertiría en el mayor genio de las letras españolas de la historia.
Fresco de la batalla de Lepanto ubicado en el Museo Vaticano

Pedro

1 comentario:

  1. Me parecen interesantes entradas de este tipo en tu blog, la variedad en las publicaciones le dan un toque característico que no está nada mal.

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